Siempre he tendido a ir en sentido contrario, por decirlo de alguna forma, aunque no limitándome a seguir el camino opuesto del corriente o del esperado… no soy tan simple. Más bien, mis contrariedades parten de moverme siempre en los términos medios, aunque no en aquellos donde se encuentra la verdad, sino en esos otros llenos de pequeñas mentiras… Siempre tropezando, no dos, sino diez veces en algunas piedras, pero con demasiada prudencia como para llegar a tropezar con aquellas por las que, probablemente, hubiese caído en blando, mientras otras, pequeñas pero molestas, se acumulan en mi zapato. Siempre con aquello de que «menos es más», aun sabiendo que menos aún es nada… Siempre hasta que conocí a Cris…