A todos y a todas se nos va la pinza alguna vez, sin necesidad de hablar de psicosis. Aquí voy a hablar de una de esas idas de olla, pero también de sus injustas consecuencias…

Empecemos por contextualizar.

En el perfil de twitter de la Guardia Civil (@guardiacivil) publicaron el siguiente tweet, presumiblemente pensando en la cercanía de cotillones y demás acontecimientos festivos del fin de año:

Sin título

Un segundo… Voy a dejar que saquéis vuestras conclusiones… ¿Ya? Bien, sigamos.

El hashtag (un hashtag es una etiqueta que identifica un determinado tema del que se está tratando) #Denuncia, si bien, para perfiles que no correspondan a fuerzas oficiales del Estado, se usa para hablar de temas denunciables en los que sea necesario crear conciencia social, siendo uno de ellos la violencia machista, es lógico que sea usado por estas fuerzas para casi todo, pero el #NoConsientas, está tremendamente ligado a ese tipo de violencia.

Independientemente de que las palabras que forman una etiqueta puedan tener diferentes aplicaciones, usar un hashtag que se aplica para un determinado asunto, para hablar de otro tema distinto, es cierto que crea confusión y suele significar una de estas cuatro cosas:

  1. Que se pretende aprovechar el éxito de ese tema para promocionar lo que te interesa (estrategia publicitaria un tanto cutre, por cierto)
  2. Que no se entiende bien el funcionamiento de las redes sociales, lo cual, para una persona cualquiera es de lo más perdonable, pero se convierte en algo más grave cuando le ocurre a todo un community manager profesional contratado por un organismo oficial.
  3. Que se intenta, deliberadamente, desvirtuar o invisibilizar el tema del que esa etiqueta suele tratar.
  4. Que sí se pretenda relacionar directamente el tema del que se habla con el habitual del hashtag, aunque aparentemente sean distintos.

Al uso del hashtag, se unen unos precedentes (ya tratados por eldiario.es) que no dejan al perfil en twitter de la Guardia Civil como un ejemplo a seguir en el feminismo, lo que hace comprensible que muchas personas, sin responsabilidad periodística, hayan dado por clara, y sin más profundas investigaciones, la cuarta de esas interpretaciones, entendiendo que el tweet no habla sólo del garrafón, que la mujer de la imagen no se ha despertado llorando por la resaca, sino que se está responsabilizando a las víctimas de agresiones sexuales, como si el hecho de que éstas hayan podido beber alcohol, lejos de ser un agravante (por el abuso de una situación de desprotección), sirviese para que el agresor (que, aclaremos, es siempre el único culpable) repartiese su responsabilidad con la víctima, dada la «imprudencia» de haberse emborrachado.

Comprensible esta interpretación, como digo, para alguien sin responsabilidad periodística, que no tenga por qué andar investigando cada tweet, pero la cosa no se ha quedado ahí, sino que eldiario.es ha publicado un artículo, bastante tajante al respecto, sin considerar otras interpretaciones posibles y sin haber realizado tampoco esas investigaciones que, en su caso, sí resultan exigibles.

Las investigaciones a las que me refiero, y que yo sí he querido llevar a cabo, descartan esa cuarta interpretación, por una sencilla razón: usan ese hashtag para todo, incluyendo muchos temas que nada pueden tener que ver con la violencia machista. Lo han usado para hablar de esta violencia, pero también del maltrato animal, de la homofobia o de otros temas tan variados como los vecinos ruidosos o las trampas para ciclistas. Veamos unos pocos ejemplos (aunque he encontrado cerca de 20, sin irme muy atrás)


https://twitter.com/guardiacivil/status/660214638622040064


Otros ejemplos: 1) maltrato animal: guardiacivil/status/636874576182427648 | guardiacivil/status/635807546821881856 | guardiacivil/status/633983030646849538 | guardiacivil/status/600610974136147968 | guardiacivil/status/598800112220053504 | guardiacivil/status/668496745597284353 2) homofobia: guardiacivil/status/656205750503538688 | guardiacivil/status/649305261052588032 | guardiacivil/status/636157362898780161 3) violencia machista: guardiacivil/status/611160138750128130 | guardiacivil/status/598838651372609536 | guardiacivil/status/669568777202208768

Pero el ejemplo más claro es un tweet anterior con, exactamente, el mismo texto y los mismos hashtags que el que inicia este artículo, pero, esta vez, con una imagen diferente, la de un hombre:

Es como mínimo torpe, y puede que malintencionado (de las 4 interpretaciones que mencionaba más arriba, podéis volver a leer la tercera), pero no es interpretable con ese mensaje que se le ha adjudicado.

En eldiario.es la han cagado… Tal cual, sin suavizar. Si se hubiesen limitado a reflejar la interpretación de un considerable número de personas, puede que fuese válido, pero si van a dar esa interpretación como la suya, y como la única correcta, deberían primero haber comprobado las cosas.

Pero hasta aquí, todo era contexto. Vayamos al tema importante…

Esto ha sido un error, comprensible para algunas personas, más grave en el caso del medio, aunque también en su caso un simple error, de un medio que suele tener un enfoque feminista (y, habitualmente, me gusta por ello), pero que no representa al feminismo en cada cosa que publique… sólo eso, un error, casi una anécdota. Pero no faltan los comentarios que lo consideran un síntoma. «Psicosis feminista», dicen.

No existe la «psicosis feminista» como fenómeno. Existe la posibilidad de equivocarse, a nivel personal, de estar tan acostumbrada o acostumbrado a leer ciertas barbaridades (incluso, o hasta sobre todo, de organismos como la Guardia Civil), que a veces las vemos donde quizás no las haya. Pero esto no es un fallo del feminismo, ni mucho menos algo que lo deslegitime.

Estoy harto de que, cada vez que una persona, hablando de feminismo, cometa el más mínimo error en sus juicios o en sus datos, se hable de manipulación feminista (o «feminazi», para rematar); harto de comentarios que defienden la «igualdad» sobre el feminismo, y que entienden que esa igualdad consiste en dar la misma importancia a la susceptibilidad de un hombre que a la muerte de una mujer; harto de que cuando una feminista, más harta que yo, como es normal, porque es la que lo sufre, cae en un mínimo de agresividad con un hombre que ha ido a invadir su espacio de expresión y a poner, básicamente, sus huevos sobre la mesa, se acuse a todo el feminismo de «odiar a los hombres»…

Eso sí es bastante paranoide.