Para evitar errores, aclaro desde el principio: no voy a hablar de SEO… aunque podría… he leido un par de artículos sobre ello…

Porque así son los «expertos» hoy en día de cualquier cosa: «Sé lo que digo. Lo busqué en Google».

Entiendo la curiosidad, la necesidad, o incluso el deber, de buscar información (de la manera que nos resulte accesible) sobre temas de actualidad o de interés general… o de un interés concreto nuestro, y que esas búsquedas pueden ayudarnos a formar una opinión. Una. La nuestra…

Lo que no tiene sentido es que formemos esa opinión con tal seguridad, tras una pequeña búsqueda en el mencionado u otro motor de búsqueda, como para apropiarnos de la autoridad necesaria para dar lecciones a los demas.

Siempre se ha dicho lo de que todo el mundo sabe de educación, por ejemplo, pero es que ahora parece que levantas una piedra y descubres a 400 expertos en el ébola, en teorías de género, en el sistema administrativo, en marketing online… o en cualquier cosa.

En los comentarios de algunas noticias puedes ver como la mayoría de la gente, aunque curiosamente no se pongan de acuerdo, conocen perfectamente (aunque desde ayer) los riesgos y modos de contagio de cualquier enfermedad descubierta o imaginable.

En una discusión sobre el matrimonio homosexual, siempre hay alguien que afirma que está plenamente demostrado por toda la comunidad científica que no se nace gay, porque la sexualidad no existe hasta los 6 años y, por tanto, depende de la educación, otro que afirma que es una cuestión innata, genética, y un tercero que te dice que es una enfermedad relacionada con la exposición a hormonas en el embarazo… Ninguna de estas cosas es mentira… ni verdad… son frases descontextualizadas hasta carecer del más mínimo sentido, sacadas de algunas de la teorías sobre el tema, sin que ninguna de ellas esté plenamente demostrada por nadie.

Está claro que la saturación de informaciones nos está haciendo creer que sabemos todo lo que necesitamos de todo, que los dos primeros enlaces de nuestras búsquedas tienen, sin duda, la verdad absoluta de cualquier tema, y, en realidad, lo que se consigue es que lleguemos a tal grado de conformismo con la información de esos dos primeros enlaces, como para que, al final, sepamos menos que nunca… Y lo tengo, de verdad, muy claro. Hacedme caso, que esta mañana busqué en google «teorías sociológicas» y me salió algo así…