Como sabréis, si leísteis la entrada del martes o me seguís en redes sociales (si no, me explicáis luego a qué estáis esperando), me he visto obligado a contratar un hosting de pago, aunque antes tuviese uno gratuito. Eso implica que este blog ahora tiene gastos, aunque sigue sin tener ingresos… Por tanto, hoy toca un poco de desvergonzada autopromoción.